SALUD

La píldora antiCOVID es aprobada por la FDA: el tratamiento de 30 pastillas Paxlovid, de Pfizer, reducen riesgo de muerte en 88%

Entre las discusiones sobre cuáles tratamientos serían efectivos contra COVID-19, algunos fármacos llevan utilizándose desde que inició la pandemia, pero hasta ahora la autoridad sanitaria de Estados Unidos, la FDA, no había aprobado un tratamiento construido especialmente para combatir la enfermedad provocada por SARS-CoV-2.
Ahora, Paxlovid, la píldora contra COVID-19 hecha por Pfizer ya tiene aprobación de la FDA, y se convierte en la primera en tenerla en ese país.
Previamente la píldora ha recibido autorización en la Unión Europea por la EMA, en donde dicho sea de paso, antes se autorizó el medicamento Molnupiravir.
En el caso de Paxlovid, el tratamiento consiste en 30 píldoras que se ingieren en un lapso de cinco días y que, según datos preliminares, reduce el riesgo de hospitalización y muerte en 88%.
No obstante, el tratamiento debe comenzarse a más tardar cinco días después de que los síntomas de COVID-19 hayan iniciado.
Paxlovid está recomendado ahora para tratamiento COVID-19 medio a moderado en adultos y hasta en pacientes que sean mayores de 12 años y que pesen cuando menos 40 kilos, siempre y cuando sean pacientes con alto rasgo de tener una enfermedad grave.
«Esta autorización provee una nueva herramienta para combatir el COVID-19 en un tiempo crucial en la pandemia en que nuevas variantes emergen» dijo Patrizia Cabazzoni, directora del centro de investigación de la FDA.
Las píldoras Paxlovid están hechas de nirmatrelvir, un fármaco que inhibe la proteína que el SARS-CoV-2 necesita para replicarse.
También contiene ritonavir, un fármaco que ayuda a retrasar la degradación del nirmatrelvir y por lo tanto extiende su tiempo en el cuerpo.
«No hay alternativas adecuadas y aprobadas a Paxlovid para el tratamiento del COVID-19» dice la FDA.
La información que la FDA está utilizando para su aprobación son los resultados de un estudio aleatorio de doble ciego con placebo en el que se notó un decremento de riesgo de hospitalización y muerte del 88% en el grupo que consumió Paxlovid respecto al grupo de placebo.
1,046 personas recibieron placebo y 1,039 recibieron el medicamento, y mientras que del primero 6% contrajo COVID-19 o falleció, del segundo solo lo hizo el .8%.
Como en todo medicamento, hay posibles efectos secundarios.
La lista oficial incluye dispar sentido del gusto, diarrea, presión alta y dolores musculares.
El Ritonavir además puede causar daño hepático, así que la prescripción del medicamento siempre debe ser considerando que el paciente no tenga alguna enfermedad preexistente del hígado.
Aunque la aprobación es oficial, la FDA sí dice en su comunicado que «la seguridad y la efectividad de Paxlovid como tratamiento para COVID-19 continua siendo evaluada».
Como sucedió con las vacunas, esta se trata de una autorización de emergencia, cuyo propósito es combatir la nueva ola provocada por Ómicron en Estados Unidos.
Hablando de Ómicron, no hay evidencia que siquiera sugiera que el tratamiento sería menos eficaz contra la nueva variante dado que su trabajo es directamente con una enzima del coronavirus involucrada en la replicación que está presente por igual en todas las variantes.
La preocupación que ha alertado a la comunidad científica con Ómicron es la cantidad de mutaciones en su corona espiga, aquella que facilita la invasión a las células.
El proceso de replicación ocurre mucho después.
Según Bloomberg, el gobierno estadounidense conseguirá cuatro millones de tratamientos de Paxlovid para finales de enero.

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