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¿Puedes heredar una alergia de tus padres?

 
Hoy, 25 de abril, es el Día Internacional del ADN y se celebra el descubrimiento de la estructura que codifica nuestros genes. Watson y Crick publicaron un modelo para esta estructura el 25 de abril de 1953, aunque no hubiera sido posible sin las aportaciones previas de Rosalind Franklin o Florence Bell, entre muchos otros. Desde entonces, hemos aprendido mucho sobre el ADN y su función. ¿Qué sabemos sobre la genética de las alergias?
¿Es lo mismo genética que hereditaria?
Antes de nada, es imprescindible explicar la diferencia entre una enfermedad genética y una enfermedad hereditaria. Una enfermedad que se define como genética es aquella cuyos síntomas o patologías son debido a una mutación en alguna región del ADN. Esta mutación puede ocurrir durante estadios tempranos del desarrollo o puede ser adquirida con el tiempo, por ejemplo, debido a factores ambientales externos.
Una enfermedad hereditaria es aquella que se hereda de uno o ambos padres biológicos. Si una enfermedad genética puede transferirse a la descendencia porque afecta los gametos, entonces se define como hereditaria. Los síntomas de una enfermedad hereditaria pueden aparecer al nacer o con el paso de los años.
Por lo tanto, casi todas las enfermedades hereditarias son genéticas, pero no todas las enfermedades genéticas son hereditarias. Pero, ¿es la alergia una enfermedad genética?

La alergia no es una enfermedad genética
Cuando se estudia el mecanismo o patología de una enfermedad, se intenta encontrar cuál es la causa que desencadena los síntomas o problemas en el organismo. Sin embargo, la mayoría de las enfermedades presentan múltiples factores que, en conjunto, provocan una reacción en cadena que lleva a los síntomas.
Las enfermedades genéticas tienen la ventaja de que se puede identificar el gen (o genes) que sufren la mutación que tira la primera pieza y causa un efecto dominó en el organismo. En ocasiones, conocer el gen responsable no significa que se pueda curar, pero se pueden desarrollar tratamientos que atajen las consecuencias de la mutación.
Las alergias también se han investigado desde el punto de vista genético, en busca del “gen de la alergia”. Sin embargo, un siglo más tarde, sigue sin haberse encontrado. Bien es cierto que mutaciones en moléculas involucradas en la defensa contra patógenos como en las barreras físicas de la piel, confieren una predisposición a desarrollar alergias.
Sin embargo, esta predisposición debe verse favorecida por factores ambientales que decanten la balanza hacia tolerancia o alergia. Todas las evidencias apuntan a que las alergias aparecen cuando el conjunto de factores genéticos y ambientales moldean el sistema inmunitario hacia un sentido.
A pesar de esto, los pediatras empezaron a observar que los hijos de padres alérgicos tenían una mayor probabilidad de sufrir alergias. Además, esta observación era más pronunciada si ambos padres presentaban el mismo tipo de alergia. Si las alergias no son genéticas, ¿cómo pueden ser heredadas?

Herencia de una predisposición genética
Ya que las alergias tienen un factor genético, si ese factor es transferido a través de los óvulos o espermatozoides, se puede heredar una predisposición alérgica. Si se suman varios factores de predisposición, los hijos pueden desarrollar la enfermedad. Varios estudios han confirmado que la descendencia de padres que sufren alergias (alimentarias, asma, rinitis alérgica o ezcema) presentan un mayor riesgo a desarrollar dichas alergias.
Este tipo de estudios son muy útiles ya que se pueden tomar medidas durante la lactancia o los primeros años del desarrollo durante los cuales el sistema inmunitario es moldeable. Ciertos eventos recurrentes en la infancia como infecciones víricas, un entorno demasiado higiénico o el contacto con perros, pueden prevenir o provocar alergias.
La información es poder
Como en muchos otros aspectos de la ciencia, cuanta más información obtenemos sobre un proceso, más probabilidades tenemos de comprenderlo y poder solucionarlo. En este caso, evaluar el riesgo de desarrollar alergias según las enfermedades que sufren los padres biológicos permite a los especialistas tomar las medidas necesarias.
En los últimos años se han llevado a cabo varios estudios con niños que tienen un riesgo alto de sufrir alergia al cacahuete donde se han intentado implementar medidas para prevenir esa alergia. Aunque pueda resultar contraintuitivo, exponer a estos bebés a cacahuetes puede tener un efecto favorable en desarrollar tolerancia a comer cacahuetes.
En otros tipos de alergias parentales, puede que sea más recomendable la lactancia en vez del uso de fórmulas, o suplementos de prebióticos o probióticos durante el embarazo. Para poder evaluar el nivel de impacto de todas estas medidas, es necesario identificar qué factores genéticos son importantes en el desarrollo de las alergias.
Aunque está aceptado que existe un claro factor hereditario de predisposición a desarrollar alergias, hay otros factores ambientales que pueden revertir su influencia. Al tratarse de una enfermedad multifactorial, todavía son necesarios estudios para encontrar las respuestas a tantas incógnitas.
Referencias:
Ferreira et al. 2017. Shared genetic origin of asthma, hay fever and eczema elucidates allergic disease biology. Nature Genetics. doi: 10.1038/ng.3985

Koplin et al. 2013. The Impact of Family History of Allergy on Risk of Food Allergy: A Population-Based Study of Infants. Int J Environ Res Public Helath. doi: 10.3390/ijerph10115364
Portelli et al. 2015. Genetic risk factors for the development of allergic disease identified by genome-wide association. Clin Exp Allergy. doi: 10.1111/cea.12327.
Westman et al. 2013. The link between parental allergy and offspring allergic and nonallergic rhinitis. Allergy. doi: 10.1111/all.12267

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